sábado, 31 de octubre de 2009

Así están las cosas


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Se quejan vecinos por la construcción de Horizontes Chapultepec, del Grupo LAR


JORGE COVARRUBIAS
El complejo inmobiliario viola los actuales planes parciales de desarrollo urbano que sólo permiten edificaciones de hasta 11 niveles, pues el proyecto de Grupo LAR contempla 19.

Cuando Héctor Eugenio Sánchez llegó a vivir a la colonia Lafayette hace 35 años, la avenida Chapultepec había sufrido algunas modificaciones para darle cabida a los automotores en seis espaciosos carriles. El camellón lucía espectaculares árboles de más de cinco metros de altura que armonizaban con las casonas de estructuras neoclásicas creadas en el siglo XIX durante el Porfiriato.

Y aunque se apreciaba un incipiente proceso de modernización, la calidad de vida que proporcionaba la colonia superaba por mucho al de otras colonias localizadas en la zona centro y oriente de la ciudad.

De unos años a la fecha, la situación ha cambiado. Héctor culpa a las administraciones del PAN que han gobernado de manera ininterrumpida desde mediados de la década de los 90 de la transformación que ha sufrido la colonia con la proliferación de antros, bares y ahora la construcción de edificios que ponen en riesgo el valor patrimonial de la misma.

“Yo tengo 35 años de vivir aquí, y hay gente que tiene 70 años de vivir aquí y hemos visto cómo esta zona, gracias a estos señores de color azul desde que entraron hace 15 años, se ha venido deteriorando, se ha destruido, no se ha mejorado en ningún sentido; se ha llenado de bares, de alcohol, de prostitución, de negocios callejeros que no los podemos quitar”, señala.

Justo a un lado de su domicilio, una casona de dos plantas que se ubica en la calle de Vidrio se construye el desarrollo inmobiliario Horizontes Chapultepec, un complejo de cuatro torres departamentales de hasta 19 niveles que promueve la constructora de origen español Grupo LAR.

Los trabajos de movimiento de tierras y colocación de cimientos que ha realizado la compañía le provocaron daños a su vivienda que se aprecian en delgadas fisuras que atraviesan las recámaras, sala, cocina y comedor.

En la finca que está a un costado de su vivienda opera una radiodifusora que también ha sufrido daños con la obra; sin embargo, lo más preocupante para los trabajadores es que la altura de las torres departamentales cubrirá a la antena que emite la señal y eso significa que muy probablemente perderán sus empleos.

Un representante de la constructora, dice el encargado, ofreció subir la antena hasta el piso 19 de uno de los edificios para garantizar la operación de la radiodifusora, pero fue sólo un acuerdo verbal.

Desde la azotea de la radiodifusora se aprecia bien el avance de la obra; al menos 50 obreros con casco y chaleco trabajan de noche y día, entran y salen camiones cargados con material y arena. Se ven como hormiguitas trabajando sin cesar; cortan madera, instalan castillos, ponen cemento, aparejan el suelo y ensamblan estructuras de hierro.

Por lo pronto están casi terminados lo que parece serán los estacionamientos subterráneos. Héctor asegura que durante tres meses estuvieron secando los mantos freáticos para hacer esta obra, y mientras comenta esto, brotan del suelo borbotones de agua que son arrojados hacia la calle mediante una tubería.

“Tienen tres meses sacando el agua las 24 horas y la autoridad no hace nada. Ya basta, no fue gratis que perdieran las elecciones”, comenta.

En los promocionales que están pegados sobre las láminas que rodean al predio donde se ejecuta la obra aparece un pollito con un casco de constructor y un cinturón lleno de escuadras, lápices, marcadores y un eslogan que dice: “ya comenzamos a construir tu nuevo hogar. ¿Qué esperas para conocerlo?”. Y está otro que señala: “Horizontes Chapultepec, en la zona más cosmopolita de la ciudad”. En su página de Internet www.grupolar.com se vende al proyecto como la única oportunidad de acceder a un estilo de vida urbano y cosmopolita.

“El diseño y disposición de las torres crean un ambiente único y exclusivo que convive en perfecta armonía con su entorno, además de proporcionar maravillosas vistas”, refiere la publicidad.

Héctor asevera que los promocionales de la constructora son un engaño, y afirma que no requieren mejorar su calidad de vida, lo que necesitan es que se deje en paz a la colonia Lafayette.

“Guadalajara es una ciudad que se extendió, y ahora con el pretexto de que ya no crece hacia los lados, la quieren hacer crecer para arriba, pero de manera totalmente fuera de orden, con gente que nada más está de paso, con inversionistas que vienen con una ambición desmedida a obtener dinero y a hacer creer que eso es una buena calidad de vida, lo cual no es cierto”, sostiene.

Por las fisuras que ha presentado su hogar nadie responde. El 10 de septiembre de este año recibió un comunicado de la Dirección de Obras Públicas en el que le informan que para reclamar el pago de los daños debe presentar el dictamen de un perito, que indique el origen de los mismos, así como la forma de repararlos, a pesar de que la propia dependencia corroboró mediante una inspección visual a su domicilio “fisuras verticales y horizontales en muros, bóvedas y marquesina tanto en planta baja como en planta alta, en área de recámaras, cocina, cuarto de aparato de ejercicio”. El oficio está firmado por el jefe del Departamento de Contingencias, José Figueroa García.

“Mi pregunta es, la autoridad sirve para unos y para otros no, porque si estuviera dañada la casa de un regidor o del presidente municipal, te garantizo que paran la obra, o no dejan que la hagan a un lado de su casa. ¿Por qué en la de nosotros si?”, se cuestiona.

En otra ocasión, uno de los representantes de la constructora se acercó al propietario de la finca y le hizo un propuesta económica, pero sólo quería pagar el valor del predio.

Un año antes de que la firma española iniciara con el movimiento de tierras, el afectado giró un oficio al entonces director de Obras Públicas, Gilberto Toscano García de Quevedo, en el que le pedía no permitiera la construcción del desarrollo inmobiliario.

El funcionario respondió en un oficio del 15 de octubre de 2007 que la dependencia no había emitido licencia de construcción y que se estaría muy al pendiente de que los promotores cumplieran con toda la normatividad señalada en leyes, reglamentos y programas estatales y municipales.

Los vecinos no son los únicos que han protestado por el desarrollo inmobiliario, funcionarios de la Secretaría de Cultura y representantes del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) han manifestado que el complejo inmobiliario viola los actuales planes parciales de desarrollo urbano que sólo permiten edificaciones de hasta 11 niveles.

Durante la pasada sesión de Cabildo, los afectados esperaban que la síndico Verónica Rizo López rindiera cuentas de la instrucción que le ordenó el pleno del Ayuntamiento para que informara si Grupo LAR ha incurrido en violaciones, y en su caso interponga un juicio de lesividad. El plazo que se le dio venció hace una semana.

Héctor señala que el siguiente paso para ellos es acudir a instancias legales para fincar responsabilidades a los funcionarios involucrados.

“Si lo que sigue es hacer un juicio político, pues vamos a hacer un juicio político al que le toque; si eso quieren, eso van a tener. No podemos permitir que por intereses de este tipo los señores se metan a la casa de todos los vecinos y las destruyan en pos de un dizque progreso. No se vale”.

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